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The New York Times publica reportaje sobre resurgimiento de la cocaína con Ecuador como epicentro

En toda la región se ha producido un aumento del tráfico de cocaína mientras Estados Unidos ha dado prioridad a la lucha contra el fentanilo.
El tráfico de cocaína vive un resurgimiento en América Latina. Mientras Estados Unidos centró sus esfuerzos en combatir el fentanilo, cárteles, guerrillas y mafias aprovecharon el vacío para expandir sus operaciones, con Ecuador como epicentro de una crisis que desbordó al Estado. Así lo relató el New York Times en un reportaje publicado este 6 de diciembre de 2025.
New York Times habla del problema de la cocaína y su relación con Ecuador
Durante casi una década, Washington orientó sus recursos hacia la lucha contra el fentanilo, considerada la principal amenaza sanitaria por su alto impacto en muertes por sobredosis. Funcionarios estadounidenses reconocen que, frente a ese escenario, la cocaína fue vista como un riesgo menor y desplazada en la agenda.
Ese cambio permitió que los traficantes fortalecieran su presencia en la región. Desde 2017, bajo los gobiernos de Donald Trump y Joe Biden, la cocaína recuperó fuerza en los circuitos ilegales. El resultado: un aumento del tráfico, más violencia y territorios enteros asediados por bandas.
En Ecuador, la consecuencia fue devastadora. El país, que no produce cocaína, se convirtió en el principal centro de tránsito global para los envíos que parten de Colombia y Perú hacia Estados Unidos y Europa. En 2022 y 2023, según fuentes citadas por The New York Times, el país estuvo cerca de ser controlado por una alianza de cárteles mexicanos, grupos guerrilleros colombianos, mafias europeas y bandas locales.

Ecuador se vuelve una ‘superautopista’ del narcotráfico
La rápida expansión del crimen organizado, según The New York Times, se vio favorecida por la ruptura diplomática que en 2009 cerró la base militar estadounidense en Manta y redujo la presencia operativa de EE. UU. en el país.

Esa brecha fue ocupada por cárteles con redes transnacionales que aprovecharon la posición geográfica ecuatoriana y su infraestructura portuaria.

Durante el gobierno de Trump, los grupos mexicanos consolidaron alianzas con organizaciones colombianas y bandas locales. Ese entramado derivó en acuerdos con mafias europeas que transformaron al país en una ruta crítica: hasta el 70% de la cocaína mundial fluye ahora por Ecuador, según autoridades estadounidenses.

Mike Fitzpatrick, embajador en Quito entre 2019 y 2024, señaló a The New York Times que en EE. UU. la cocaína llegó a ser considerada “un peldaño por encima de la marihuana”, lo que restó prioridad a su combate.
Aún así, en Ecuador, la droga volvió a ser el motor del terror criminal: coches bomba, asesinatos selectivos y jóvenes reclutados por bandas que operan con total crueldad.

Una guerra desigual para el Estado ecuatoriano
Las Fuerzas Armadas, en especial la Marina, enfrentan la fase más compleja de la lucha antidrogas. Aunque el gasto en seguridad ha aumentado, las autoridades admiten que los grupos delictivos disponen de más recursos, más armas y mayor velocidad de adaptación.

La pobreza que golpea a amplios sectores convierte a los adolescentes en reclutas fáciles para las bandas. A ello se suma la corrupción y las filtraciones que han frustrado operaciones militares.
“El Ecuador enfrenta una guerra existencial”, advirtió a The New York Times Giovanni Davoli, embajador de Italia, al comparar este momento con la lucha histórica de su país contra las mafias. “Ecuador no es un narco-Estado, pero necesita ayuda”.
La violencia que hoy recorre América Latina, y. de forma más cruda Ecuador, lo que para The New York Times demuestra que el resurgimiento de la cocaína ya no es solo un problema de seguridad: es una amenaza regional que exige cooperación sostenida.

Fuente: https://www.elcomercio.com/

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