Este miércoles comienza la recolección de firmas para conseguir la revocatoria del mandato del alcalde de Quito, Pabel Muñoz.
Quito atraviesa por una inestabilidad institucional que incide en el desarrollo de la ciudad. Este miércoles 23 de abril de 2025 comienza la recolección de las firmas para realizar la revocatoria del mandato del alcalde de la capital ecuatoriana, Pabel Muñoz.
Mientras se desarrolle el proceso, el alcalde Muñoz se verá obligado a defenderse políticamente, lo cual influirá en la gobernanza de la ciudad. Pero no solo será él, sino el Municipio como institución, ya que estará sometida a los cálculos políticos.
Además, en esta coyuntura tiene que elegirse al nuevo vicealcalde o vicealcaldesa, como manda la ley del Cootad, pues cada dos años debe haber una renovación de esa autoridad. En caso de que se diera la revocatoria, el nuevo vicealcalde tendrá que asumir la Alcaldía. Sin darse la revocatoria, los concejales ya hacen los cabildeos para suceder a Pabel Muñoz.
En ese escenario, el alcalde Muñoz estará envuelto en una constante confrontación política, que no le dará tiempo para ocuparse de las obras y las políticas municipales que necesita Quito para mejorar, y resolver los problemas que aquejan a los ciudadanos.
El caos en la movilidad, la informalidad en las calles, la falta de empleo, los siniestros de tránsito por el exceso de velocidad, los deslizamientos de tierra debido a las lluvias; el mal estado de las calles y vías por los huecos y baches son algunos de los problemas que están a la espera de ser resueltos.
El alcalde Muñoz ha tenido una participación política bastante activa, sobre todo, con sus coidearios de la Revolución Ciudadana. Estuvo al lado de la excandidata presidencial de su movimiento, Luisa González, cuando se presentó a las elecciones de 2023, para suceder a Guillermo Lasso, quien no terminó su mandato porque invocó la muerte cruzada.
Ese activismo en la campaña electoral le costó una sanción a Pabel Muñoz, impuesta por el Tribunal Contencioso Electoral, ya que como alcalde de una ciudad no estaba facultado a hacerlo.
Al cabo de estos dos años, la gestión del Alcalde no ha sido tan efectiva, como muestran las cifras de la ejecución presupuestaria. Muñoz ha dicho que tuvo una ejecución del 75% en el presupuesto de 2024, pero con críticas porque hubo una reforma para trasladar 83 millones de dólares a la proforma de 2025.
El caso de Pabel Muñoz no es el primero que desestabiliza la institucionalidad del Municipio de Quito en detrimento de la ciudad. La administración de Jorge Yunda marcó a la ciudad, pues dos alcaldes gobernaron en cuatro años, tras la salida de Yunda. Así, Quito está al vaivén de los intereses políticos y no de los ciudadanos.
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