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Polonia enfrenta tensión y calma tras violación de su espacio aéreo

En Lublin, Polonia, las autoridades pidieron a la población que no se acerque a objetos sospechosos.
La sociedad polaca vive la jornada posterior a las incursiones de drones rusos con una mezcla de calma y preocupación, en un contexto marcado por la certeza de que la frontera oriental del país se convirtió en un escenario de mayor riesgo.

En ciudades como Lublin, a pocas horas de las áreas donde se hallaron restos, las autoridades pidieron a la población que no se acerque a objetos sospechosos y que avisen de inmediato a las fuerzas de seguridad.

Según el Gobierno, al menos 19 drones procedentes de Bielorrusia penetraron en territorio polaco, de los cuales se localizaron fragmentos de 16.
Policías y militares están en alerta en Polonia
Para las labores de búsqueda y control, más de 600 policías y bomberos apoyan a los militares, mientras otros 13 000 agentes permanecen en alerta a escala nacional.

Además, se desplegaron especialistas en desactivación de explosivos de las Unidades Antiterroristas, reforzando la capacidad de respuesta frente a cualquier amenaza.

La sociedad polaca oscila entre la inquietud y la serenidad. Paweł Nowak, un repartidor autónomo, aseguró a EFE que la preparación de las fuerzas de defensa y la coordinación con la OTAN transmiten confianza: “No queremos guerra, pero tampoco dudaremos, no tenemos miedo”.

En contraste, Marek Kowalczyk, técnico de mantenimiento en Lublin, minimizó el incidente y calificó la cobertura mediática como exagerada. A su vez, Anna Zielińska, dependienta en un supermercado, confesó temor por la posibilidad de nuevas incursiones, en medio de rumores y desinformación que las autoridades intentan frenar.

Desde Varsovia, el Gobierno tomó medidas adicionales, como restricciones al tráfico aéreo privado en zonas fronterizas y el cierre temporal de puntos limítrofes con Bielorrusia.

El Ministerio de Defensa recalcó que el objetivo central es la seguridad de los ciudadanos, mientras el jefe militar, general Kukula, subrayó que se emplearán todos los medios necesarios para evitar nuevas amenazas, incluso con el alto coste que ello implique.
En el este de Polonia, la vida continúa bajo una creciente capa de incertidumbre, una situación que, para muchos habitantes, se ha vuelto parte de la rutina desde que estalló la guerra en Ucrania.

Fuente: https://www.elcomercio.com/

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