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María José Pinto emerge como figura clave en el Gobierno de Daniel Noboa

La alianza entre Daniel Noboa y María José Pinto marca el rumbo del Ejecutivo.
Daniel Noboa decidió afrontar su nuevo período presidencial con una renovada fórmula de gobierno. El nombramiento de María José Pinto como vicepresidenta marcó un giro en la estrategia institucional del Ejecutivo. Su incorporación responde a la necesidad de recuperar la cohesión interna tras los conflictos que marcaron la relación con Verónica Abad.
Pinto asumió funciones claves en el área social y ha proyectado una imagen de apertura y eficiencia. Su perfil empresarial y su cercanía con el Presidente han generado expectativas sobre su rol en la construcción de una gobernabilidad estable.
La ruptura con Abad marcó un punto de inflexión en el Gobierno de Daniel Noboa
Las tensiones entre Daniel Noboa y Verónica Abad se arrastraron desde la campaña. Las diferencias ideológicas, de comunicación y de acción política generaron un distanciamiento que se consolidó con la decisión del presidente de enviarla a Tel Aviv como delegada para la paz. Ese gesto redujo al mínimo la coordinación institucional entre el Ejecutivo y la Vicepresidencia.

La relación se deterioró al punto de que el Gobierno optó por limitar su participación en decisiones políticas claves. La Vicepresidencia no tuvo un rol visible en los temas de salud, educación o seguridad.

Mientras tanto, Abad emitió declaraciones que se contraponían al discurso oficial y cuestionaban la estrategia del Gobierno.

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Ese escenario cambió con la llegada de María José Pinto a la Vicepresidencia. Su nombramiento respondió a una apuesta por recuperar el equilibrio institucional.

Juan Rivadeneira, consultor político, explica que esta recomposición permite fortalecer el frente interno y garantiza una mejor coordinación entre las dos principales figuras del Ejecutivo.

Una dupla empresarial con incidencia regional entre María José Pinto y Daniel Noboa
María José Pinto representa a un sector empresarial serrano que ha mantenido una presencia constante en la esfera económica y política del país. Daniel Noboa, en cambio, proviene del sector empresarial costeño.
Alondra Enríquez, consultora político-digital, identifica que esta combinación proyecta un mensaje de unidad y continuidad empresarial en la gestión pública.
Desde el inicio de su campaña, Pinto generó una expectativa positiva por su perfil técnico y por la afinidad con Noboa. Enríquez considera que la relación entre ambos no solo es política, sino también personal, lo que permite una articulación más eficiente. Esa cercanía facilita una comunicación constante y permite compartir una visión de desarrollo similar.
La Vicepresidenta tiene una trayectoria vinculada a temas empresariales, lo que encaja con las funciones que le ha delegado el presidente. Enríquez señala que Noboa no ha forzado una estrategia, sino que ha reconocido el ámbito donde Pinto tiene mayor experticia, para que fortalezca la imagen de un binomio técnico y complementario.
María José Pinto y las funciones sociales y acercamiento con la ciudadanía
Desde su posesión, Pinto asumió funciones relacionadas con la desnutrición infantil y la salud mental. Rivadeneira considera que estos temas no le resultan ajenos. Según el experto, ya había trabajado en programas similares antes de su designación, lo que permite que su gestión tenga continuidad y conocimiento técnico previo.
Andrés Obando, especialista en comunicación política, indica que el Gobierno busca reforzar la imagen de un equipo sólido tras los escándalos con Abad. La proyección de una Vicepresidenta que trabaja con sectores vulnerables genera una sensación de responsabilidad compartida.
Para el experto, esa estrategia permite compensar la percepción de caos que marcó la relación anterior.
Para el experto, esa estrategia permite compensar la percepción de caos que marcó la relación anterior.

El discurso de Pinto se ha enfocado en la unidad y el acuerdo. Enríquez destaca que su tono conciliador contrasta con el de Abad, quien emitió declaraciones que polarizaron el debate público. Pinto, en cambio, promueve espacios de diálogo y apertura, lo que refuerza la gobernabilidad y proyecta estabilidad.

Tensiones latentes dentro del Gobierno
La Vicepresidencia asumió un rol visible en temas sociales, un espacio donde también ha actuado la primera dama, Lavinia Valbonesi. Obando advierte que esta coincidencia podría generar una disputa interna por el protagonismo y la influencia en ese ámbito. Aunque no se han producido enfrentamientos, existe la posibilidad de una competencia simbólica.
El proyecto Ana, impulsado por Valbonesi, comparte ejes con las funciones delegadas a Pinto. Si ambas figuras articulan sus esfuerzos, el impacto podría potenciarse. Obando plantea dos escenarios: una coordinación efectiva o una pugna soterrada que debilite la ejecución de las políticas sociales.
El presidente mantiene el control de la agenda pública, pero los liderazgos emergentes podrían modificar el equilibrio interno. La Vicepresidenta cuenta con una imagen pública favorable y un posicionamiento digital sólido. Enríquez considera que su capacidad de negociación será clave para evitar tensiones y fortalecer el gabinete.
Proyección territorial y gestión del acuerdo
La relación de Pinto con sectores de la Sierra abre una oportunidad para fortalecer la presencia del Ejecutivo en esa región. Rivadeneira resalta que su vinculación con el sector privado serrano permitirá un mayor acercamiento con actores productivos y sociales, en un contexto donde se requiere una gobernabilidad territorial más amplia.
Enríquez destaca que Pinto podría convertirse en un canal de comunicación con sectores históricamente críticos, como el movimiento indígena. Su perfil dialogante y su distancia de las posturas extremas generan apertura. Esa posibilidad no estuvo presente durante la gestión de Abad, cuya imagen fue rechazada por varios sectores.
El liderazgo de Pinto podría sumar a la estrategia de negociación con la Asamblea y con los gobiernos locales. Su figura facilita acuerdos que descomprimen tensiones políticas. Para Obando, esa articulación interna y externa puede consolidar una imagen de estabilidad que el Gobierno necesita para sostener su agenda en los próximos meses.

Fuente: https://www.elcomercio.com/

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