La vía Papallacta–Baeza suma 25 derrumbes. El Tambo quedó sepultado y Papallacta enfrenta pérdidas en turismo, ganado y cultivos.
Usualmente, la ruta Papallacta- Baeza tiene una importante presencia de automóviles, pero esta vez, por los derrumbes, la ruta tiene varias interrupciones. Estas es la primera consecuencia que se tiene por las lluvias intensas. Pero hay más. Sobre todo en la zona de El Tambo, en donde falleció una mujer, los vecinos sienten que sus vidas han sufrido un vuelco y que deben buscar salir de este mal momento.
La vía Papallacta – Baeza tiene cierres constantes por derrumbes
Esta ruta es clave para conectar Quito con la Amazonía. Sin embargo, entre la noche del domingo 13 de julio y la mañana de este 14 de julio de 2025, hubo dos derrumbes y, por tanto, dos interrupciones de la vía Papallacta – Baeza.
En este tramo de la carretera, unos 34 kilómetros aproximadamente, hubo 25 derrumbes que han interrumpido el paso de vehículos. Y ha sido una constante desde el 2 de julio, cuando un deslizamiento de tierra en el Valle del Tambo, segó la vida de una mujer e hirió a su hijo. Este tuvo la fortuna de correr más veloz que su madre, según contó uno de sus familiares, quienes prefieren no hablar sobre su fallecimiento.
Sin embargo, en esta comunidad, en la que viven 200 personas de 57 familias, llevaron a cabo una reunión para salir adelante.
Una inmensa mancha de tierra se ve en 9 000 metros cuadrados desde la carretera. El deslizamiento se llevó la cancha de fútbol, la casa comunal, un subcentro de salud y varios predios comunitarios. También quedaron afectados los servicios públicos, como electricidad (una cuadrilla evaluaba este lunes la situación), agua potable, alumbrado público e internet.
La comunidad Valle del Tambo quedó devastada tras el deslizamiento ocurrido el 2 de julio. Luego de la reunión, el presidente de la comunidad del Valle del Tambo, Joan Ulcuango, dijo a EL COMERCIO que están tratando de “levantar información y apoyarnos entre nosotros”.
También aseguró que “la comunidad está trabajando a base de apoyo de empresas privadas: Termas Papallacta, el GAD parroquial y el MAP”.
Sin embargo, si bien entiende que los derrumbes bloquean las vías e imposibilitan transitar por allí, también señala que la presencia gubernamental ocurrió al inicio. “Lo que nos toca ahora es buscar apoyo para seguir adelante”, afirmó Ulcuango. Pese a la emergencia, la comunidad no pretende abandonar su territorio.
Lluvias generan temor ante posibles derrumbes en la vía Papallacta – Baeza a futuro
Esta aún es temporada de lluvias en la zona de Quijos, Papallacta, Chalpi y Baeza. Naturalmente, debe terminar en agosto. Así que aún hay temor que la lluvia genere más derrumbes. El Cuerpo de Bomberos de Quijos lleva adelante un continuo monitoreo de las zonas críticas, contó Freddy Goyes, uno de los rescatistas en la zona.
“Estamos haciendo sobrevuelos con un dron para ver en las partes más críticas, sobre todo en la parte de arriba de los deslizamientos”, señaló.
Zonas como Chalpi, Laurel y Molana requieren vigilancia constante debido a su inestabilidad. En estos tramos se observan grietas en las laderas y rocas sueltas, lo que eleva el riesgo de nuevos colapsos. “Tenemos una zona que está con bastantes grietas en la parte superior. Eso tenemos que monitorear todo el tiempo”, advirtió Goyes.
Esta vigilancia no solo busca prevenir nuevas tragedias, sino también proteger al personal que trabaja en la reapertura de la vía. Con maquinaria aún operando bajo condiciones adversas, cualquier desprendimiento adicional podría poner en peligro a rescatistas y obreros.
Derrumbes menores antes de la zona crítica de la ruta Papallacta – Baeza
El viaje hacia Papallacta desde Pifo tiene el encanto del cambio brusco de clima y vegetación. Del sol ardido en Pifo, de golpe comienza a verse neblina y una garúa continua. El frío se hace intenso y, poco a poco, se va incrementando la presencia de piedras y rocas en los costados de la vía.
A la altura de la primera área de protección hídrica del Ecuador, del Fondo para la Protección del Agua (Fonag), en Palugillo, ya se notaban las primeras piedras al borde del camino. En esta zona hay más de 13 500 especies nativas. A la altura del km 18,5 se ve ya el primer derrumbe serio. Trabajadores de la empresa Termas de Papallacta y una retroexcavadora del Municipio de Quito trabajan en mantener habilitada la vía. “Más adelante, pasando Papallacta, allá es el problema”, dijo Víctor Alvarado.
Ya en Quijos se ven los primeros signos de devastación. Si bien las rocas en las vías eran pequeñas, al lado norte de la ruta, se veía la tierra negra por la afectación de Oleoducto de Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE).
En Chalpi, con los dos derrumbes de unos 1 500 metros cúbicos de tierra, el paso a Cuyuja estuvo imposibilitado. Allí, con un frío de 9°c, esperaba Richard Tapuy para ir a su casa en Tena. No le gustaba la idea de que tuviera que ir a Ambato para de allí pasar a la Amazonía a través de Baños.
Para su fortuna, las tres retroexcavadoras hicieron una pausa para que pudieran pasar. Prefirió hundir sus pies unos 30 centímetros en medio del lodazal, arruinar sus zapatos y seguir caminando hacia el oriente hasta hallar un trasbordo y volver a Tena en medio de la lluvia.
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