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La semana compleja de Gustavo Petro

Petro pierde aliados clave, choca con EE.UU. y trató de explicar sobre su presencia en Manta. Su gobierno muestra signos de debilidad.

No fue una semana fácil para el presidente de Colombia, Gustavo Petro. Aparentemente, exaliados suyos intentaban acercarse al poder estadounidense con la intención de anticipar su salida del poder. Álvaro Leyva, su excanciller, buscó contacto con el círculo íntimo de Marco Rubio, el secretario de Estado de Estados Unidos, en busca de apoyo.

Audios y nombres que se filtraron a la prensa muestran el nivel de animadversión que causan su gestión y hasta su personalidad. El mandatario colombiano se ha visto envuelto en una serie de escándalos y confrontaciones con personajes tanto de su país, como del exterior. Sin embargo, buscar apoyo estadounidense es algo que no condice con los ideales democráticos de un país latinoamericano. Hace tiempo atrás quedó enterrada esa alternativa que sí existió en la región y que la historia ha lamentado.

Sin duda, la Fiscalía deberá actuar ante la acusación de intento de golpe de Estado de lo que él calificó “extrema derecha”. Sin embargo, Leyva fue, precisamente, canciller de Petro. A pesar de todo esto, Petro es un mandatario que deja cuestionamientos.

Las relaciones con Estados Unidos se volvieron más tensas esta semana. Hubo retiro de embajadores; Washington quitó la visa a algunos funcionarios de Petro, sobre todo aquellos que estuvieron en el movimiento guerrillero M-19, en el que militó el actual Presidente.

En Sevilla, propuso liquidar al Fondo Monetario Internacional durante la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo. Luego, intentó romper el protocolo e intentó saludar con un beso a la reina Letizia, de España.

También se puso frente a frente a su homólogo francés, Emmanuele Macron. Este le exigió respeto, mientras que Petro sintió que fue el mejor debate. Hasta dijo: “lo descoloqué un poco”.

Sin embargo, el 3 de julio se convirtió en un punto de quiebre para el Gobierno de Gustavo Petro. En un solo día, el presidente perdió a Laura Sarabia, su mano derecha y directora del Dapre (Departamento Administrativo de la Presidencia de la República de Colombia), quien presentó la renuncia en medio de una tormenta política.

Además, un magistrado ordenó la captura de Carlos Ramón González, exjefe de la misma entidad, por su presunta participación en la red de corrupción en la UNGRD. Como si fuera poco, Petro llamó a consultas al embajador en Washington, Daniel García-Peña, tras una nueva fricción con Donald Trump.
Muchos ataron esa visita a una presunta reunión con Adolfo Macías Villamar, alias ‘Fito’. Incluso, se hospedó en Marina Blue, la lujosa urbanización cercana de donde se ocultaba Fito, atrapado exactamente un mes después de la presencia del mandatario colombiano. Sin embargo, Petro aclaró recién esta semana que más bien se dedicó a escribir unas 25 páginas de un libro sobre el impacto del capital sobre la crisis climática.
El desgaste del gobierno de Gustavo Petro ya no es una percepción: su círculo más cercano empieza a derrumbarse.

Fuente: https://www.elcomercio.com/

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