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¿Cuáles son las nuevas bandas criminales de Ecuador?

Bandas como los Sayayines o los Peteretes son nuevas subestructuras delictivas en Ecuador. Conozca a qué organizaciones narcocriminales pertenecen y en qué delitos se especializan.

Durante dos décadas, los Choneros fueron la principal banda criminal de Ecuador. De la banda oriunda de Manabí se desprendieron los Lobos, los Tiguerones, los Chonekillers y otras. Aunque primero eran células de los Choneros, luego se convirtieron en sus principales enemigos.

Actualmente, la Policía Nacional ve a los Choneros como una estructura debilitada, más aún luego de la extradición a Estados Unidos, de su líder, Adolfo Macías Villamar, alias Fito.

Pero mientras la que fue la estructura criminal más fuerte del país se debilita, otras ganan terreno y hasta crean sus propias subestructuras.

Un informe sobre crimen organizado del organismo ‘Armed Conflict Location & Event Data’ afirma que las bandas siguen creciendo pese a la declaratoria de conflicto armado interno que tiene Ecuador. De hecho, hay más miembros de bandas criminales que policías.

Fuentes de Inteligencia policial, destacan a LA HORA que la banda más peligrosa del momento es la de los Lobos. “Tienen financiamiento del cartel mexicano Jalisco Nueva Generación, además de tener miembros entrenando con paramilitares en las zonas fronterizas, donde buscan quedarse con los territorios de minería ilegal”.

El líder de los Lobos es alias Pipo quien, según chats del caso Metástasis, fingió su muerte y domina la estructura criminal desde Europa, donde tiene otra identidad y hasta habría cambiado su rostro.

¿Cuáles son las nuevas bandas criminales del Ecuador?

Las células criminales se convierten en brazos armados de estructuras ya establecidas, como los Lobos, los Chonekillers o los Tiguerones.

Los Lobos son la estructura criminal que más brazos armados ha creado:

Los netas
Los guantes
Los gangsters (tienen vínculos con otras bandas)
Lobos Box
Sao Box
Lating King (tienen vínculos con otras bandas)

De los Choneros se desprenden:

Los R7: banda que también tiene conexiones con los Lobos

De los Chonekillers se desprenden:

Los Sayayines
Cavagnaro
Los AK 47
Los Purros
Lating King (tienen vínculos con otras bandas)

De los Tiguerones se desprenden:

Los Patones
Los Carchineros
Los Gangsters (tienen vínculos con otras bandas)

De los Águilas se desprenden:

Los Fénix
Los Águilas Fénix
Los Igualitos

De los Lagartos se desprenden:
Los Carniceros
Los Rusos

De los Mafia 18 se desprenden:
Los Jugadores
Los Duendes
Los Freddy Krueguers
Los Chandy
Los Peteretes

La Policía Nacional señala que estos grupos comparten actividades ilícitas entre las que se destaca el tráfico de armas, drogas y minería ilegal. Según un agente, quien prefiere mantener su nombre en reserva, los Lagartos y las subestructuras de los Tiguerones y los Chonerkillers son las que más se dedican al sicariato. “Las bandas de los Lagartos muchas veces ofrecen sus sicarios a otros grupos de delincuencia organizada, sin necesidad de que pertenezcan o no a dicha estructura”.

El crecimiento de los grupos criminales, a decir del uniformado, es un factor que ha intensificado las guerras territoriales. Esto deriva en el aumento de muertes violentas. 2023, por ejemplo, fue el año más violento de Ecuador, de América Latina, con una tasa de homicidios de 44,5 homicidios por cada 100.000 habitantes. Menos de una década antes, el promedio era de entre 17 y 19 homicidios por cada 100.000 habitantes.

Instituciones debilitadas están entre los factores para que aumenten los delitos

El informe– en el que se entrevistó a militares, policías y expertos en seguridad ecuatorianos– se detalla que los cambios en el narcotráfico durante la última década y el progresivo debilitamiento de las instituciones ecuatorianas han creado un caldo de cultivo para la proliferación de varios grupos criminales locales. Esto, a su vez, desencadenó una violenta competencia por el control de economías ilícitas, como el narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión, primero en las cárceles, “que se convirtieron en los cuarteles generales de las pandillas en los últimos años, y luego en las calles”.

El punto de quiebre para la proliferación de nuevas bandas fue el asesinato de alias Rasquiña, líder de los Choneros, quien mantenía el control de las bandas que hasta ese entonces eran brazos armados de su organización: Lobos, Chonekillers, Tiguerones, Lagartos y otras.

Con la muerte de Rasquiña estos grupos no solo se separaron de los Choneros, sino que iniciaron una “cacería” para exterminarlos y adueñarse de sus territorios, especialmente en Manabí.

¿Cómo evitar que sigan creciendo las bandas criminales?

Ivonne Tellez, docente investigadora de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), señala que el fenómeno abarca distintas aristas, más allá del narcotráfico.

“Hay que considerar que el aumento de toda la delincuencia no es un tema aislado, sino que hablamos de una serie de factores de carácter social y económico que no solo están en el campo de la seguridad.

El número de bandas crece en función de las condiciones, por ejemplo, el hecho de que Ecuador se posicione como una de las rutas más importantes para el narcotráfico”, dice Tellez.

El ministro de Inclusión Económica y Social (MIES), Harold Burbano, señala que, según estimaciones estatales, de los 60.000 miembros de grupos de delincuencia organizada, entre el 3% y el 4% son menores de edad.

Tellez y Burbano coinciden en la necesidad urgente de recomponer el tejido social.
Por una parte, el no recuperar las cárceles hace que el reclutamiento no se frene y que haya una mayor presencia “de delincuencia en las calles”, dice Tellez.

Otro factor que permite la proliferación del crimen organizado es “la corrupción y la impunidad que han permeado las instituciones del Estado”, recuerda Tellez y toma como ejemplo el caso Metástasis que reveló cómo la Justicia trabajaba para favorecer al narcotráfico.

Y si bien la depuración de instituciones del Estado es indispensable, también lo es crear condiciones que no vuelvan a los ciudadanos “más proclives a trabajar para bandas delictivas”, agrega Tellez.

Sobre este aspecto, Burbano señala que el MIES es parte de la comisión de prevención para erradicar el reclutamiento de menores de edad por bandas delincuenciales. El trabajo se enfocará en tres universos:

Niños y adolescentes que ya tuvieron conflicto con la ley penal por sus vínculos con el crimen organizado: solo en 2024, cerca de 3.000 niños, niñas y adolescentes ya fueron aprehendidos y procesados.

2 Menores que no han tenido contacto con la ley penal, pero son parte de grupos de delincuencia organizada: un 4% de menores, en el universo de 60.000 miembros de grupos armados delictivos.

3 Menores en familias que viven en zonas con mayor presencia de bandas y en pobreza extrema.

Burbano destaca que trabajarán en coordinación con el Bloque de Seguridad. “Luego de los operativos militares y policiales hay niños rescatados que tienen que ir a casas de acogida”.
Uno de los objetivos del MIES es tener casas de acogida exclusivas para menores que han sido parte del crimen organizado.

“El objetivo final es que los niños y sus familias tengan un programa de vida que los aleje de vincularse a estas bandas”, agrega Burbano. (DLH)

Fuente: https://www.lahora.com.ec/

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