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La IA dispara la demanda eléctrica mundial y exige nuevas fuentes de energía

El aumento del consumo eléctrico por centros de datos de IA exige nuevas energías firmes hacia 2030

El crecimiento acelerado de la inteligencia artificial impulsa un cambio sin precedentes en la demanda energética mundial, especialmente en los centros de datos, que son las infraestructuras que sostienen cada proceso digital.

Según Lyes Ferrouki, gerente regional del PNUD, vivimos en “un mundo cada vez más digitalizado”, donde la electricidad es indispensable para mover economías, ciudades y servicios.
La llegada de los modelos generativos y los algoritmos de alto cómputo dispara un consumo eléctrico sin precedentes, generando desafíos para la planificación energética de los países. Esas declaraciones las realizó en el foro Finanzas Sostenibles: Financiamiento público para la transformación energética.
Los centros de datos relacionados con IA en el mundo
En el mundo existen más de 12 000 centros de datos, pero solo una fracción opera como infraestructura especializada para inteligencia artificial.

Es un segmento en rápido crecimiento debido a la demanda de cómputo intensivo. Diversos estudios indican que alrededor de 500 grandes centros cumplen las condiciones para procesar IA a gran escala.

Solo 32 países albergan instalaciones diseñadas específicamente para este tipo de operaciones.

Aunque no hay una cifra única y oficial, las proyecciones coinciden en que la expansión de centros destinados a IA se acelerará durante esta década, impulsada por el auge de modelos de lenguaje y algoritmos avanzados que requieren energía, capacidad de procesamiento y refrigeración de alto desempeño.
Centros de datos son los motores de la economía digital
Los centros de datos para IA ya marcan un punto de inflexión. Según Goldman Sachs, el consumo energético global de estas infraestructuras podría crecer hasta un 165% en 2030, impulsado por la expansión de modelos de lenguaje (LLM) y servidores de ultra rendimiento.

En la actualidad, el sector consume unos 55 GW; para 2027, se prevé que alcance 84 GW. Bajo este escenario, la inteligencia artificial pasará del 14% al 27% del total, volviéndose protagonista del creciente uso eléctrico global.

Este salto está acompañado por una ola de inversión en infraestructura digital, liderada por empresas hiperescaladoras.

Sin embargo, también aparecen cuellos de botella: retrasos en permisos de transmisión, altos costos de red y limitaciones logísticas que podrían frenar el despliegue de nuevas instalaciones si los países no actúan con rapidez.

Europa y Norteamérica, los polos de expansión
En regiones como Europa, el impacto será contundente: los centros de datos podrían impulsar un incremento del 10–15% en la demanda eléctrica durante la próxima década.

La tubería de proyectos supera los 170 GW, equivalente a un tercio del consumo energético europeo.

En Norteamérica, donde se encuentran los mayores proyectos en construcción, los desafíos apuntan a la expansión de redes y a la garantía de suministro constante para instalaciones que operan 24/7.

Expertos advierten retos globales ante el auge de la IA
Para Diego Morales, presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos del Azuay, la tendencia es clara: el consumo eléctrico de centros de datos podría duplicarse hacia 2030.

Ahora representan el 1,5% del consumo mundial, pero podrían llegar al 3% en menos de siete años.

Además, sostiene que el volumen de inversión necesario para sostener esta demanda ronda los 720 000 millones de dólares en transmisión y distribución energética, una cifra que evidencia la magnitud del desafío.

Morales destaca que muchos grandes centros de datos se están instalando en países nórdicos, donde las bajas temperaturas reducen los costos de enfriamiento de servidores.

Esta tendencia deja fuera a regiones tropicales como Ecuador, donde la climatología no favorece la instalación de megacomplejos de IA.

Energías firmes es la clave para sostener el futuro digital
El experto coincide en que el mundo deberá priorizar energías firmes: hidroeléctricas, térmicas, geotérmicas y nucleares.

Estas fuentes garantizan un suministro continuo, indispensable para centros de datos que requieren operación ininterrumpida.

Aunque las energías solar y eólica tienen un rol importante, su intermitencia las hace insuficientes como base para el cómputo intensivo que demanda la IA sin sistemas avanzados de almacenamiento.

Fuente: https://www.elcomercio.com/

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