Reducir el número de asambleístas es una de las tres preguntas planteadas para el referéndum, tendrá un respaldo mayoritario, proyectan expertos al mencionar ciertos factores.
La ciudadanía deberá acudir a las urnas el 16 de noviembre de 2025 para votar por las cuatro preguntas: tres de referéndum y una de consulta popular.
Esta es la pregunta C del referéndum: ¿Está usted de acuerdo con reducir el número de asambleístas y que se los elija de acuerdo con los siguientes criterios: 10 asambleístas nacionales; 1 asambleísta elegido por cada provincia; y 1 asambleísta provincial adicional por cada 400.000 habitantes de acuerdo al último censo nacional?
El Gobierno señala en el Anexo que la norma vigente asigna escaños fijos en la Asamblea Nacional, sin considerar la cantidad de la población y que eso causa distorsión en la representatividad.
¿Habrá respaldo ciudadano para reducir asambleístas?
La encuestadora Click Research publicó los resultados de su último estudio de opinión, realizado del 18 al 23 de octubre. Su director general, Francis Romero, subraya que se evaluó el sentimiento de los ecuatorianos con relación a diferentes temas, uno de ellos el proceso electoral.
El estudio coincidió con los últimos días del paro, este finalizó el 22 de octubre por parte de la Conaie. “Si hubiera sido la consulta popular y el referéndum este fin de semana, sin duda alguna el apoyo sería mayoritario”, apunta. El 69,10% de los encuestados está a favor de reducir el número de asambleístas.
“Con base a la muy mala imagen que históricamente ha tenido la Asamblea Nacional, todo lo que tiene que ver contra ella siempre va a ser bien visto. Lamentablemente, la Asamblea nunca ha sintonizado con la realidad del país, mientras ellos (los asambleístas) están peleando por sus metros cuadrados, por sus líderes, el país se desangra, se muere de hambre. Esta oportunidad de reducirles, sin duda alguna, hoy es la pregunta del referéndum con mayor aprobación por parte de los ecuatorianos”, recalca Romero. La desaprobación de la gestión de la Asamblea se ubica en el 65%, según la encuestadora.

Romero resumió que solo 2 de cada 10 ecuatorianos saben sobre las preguntas, 4 de cada 10 saben algo de las preguntas, y 4 de cada 10 no saben nada de las preguntas. Señala que la campaña logrará posicionar las ventajas y desventajas que tiene el votar por el Sí o el No. “La campaña tiene que enfocarse en dar información, el problema es que es muy corta (13 días)”, refiere.
Del 1 al 13 de noviembre es el periodo para la campaña electoral por el referéndum y la consulta popular.
Considera que será “muy difícil” que la gente asimile rápidamente los aspectos positivos para aprobar esta pregunta, como el ahorro económico al bajar el número de asambleístas.
Héctor Yépez, abogado y exasambleísta, coincide en que esta pregunta podría obtener mayor apoyo que el resto. “La Asamblea siempre ha sido una institución poco popular. A veces a la gente le gusta un asambleísta a título personal, pero ya la Asamblea como institución suele ser impopular, no sorprendería que esa pregunta tenga muchísimo apoyo”.
“Creo que es positivo reducir el número de asambleístas, que trabajemos con más eficacia, se ahorre dinero”, indica. El que gane el Sí en las urnas será “un mensaje de la ciudadanía de exigir cambios profundos en la Asamblea, va a ayudar a que haya más consenso porque habrá menos fragmentación en la Asamblea, me parece un buen paso en la dirección correcta”. Añade.
Esteban Ron, constitucionalista y analista electoral, ve que la pregunta C es la más estable y la que más se entiende en el dialecto coloquial, por lo que será la que mayor respaldo tendrá.
¿Por qué la ciudadanía votaría por el Sí? “Por el hartazgo que se tiene de la clase política dentro de la Asamblea y de las actuaciones que han tenido los asambleístas en los últimos tiempos, sin separar entre organizaciones políticas. Hay un hartazgo hacia la representación”, explica.
Otro factor es el costo promedio mensual de la Asamblea, agrega. Aunque el cálculo del gasto no consta en el Anexo, el presidente de la República, Daniel Noboa, mencionó en su propuesta inicial en agosto que cada asambleísta percibe una remuneración mensual de $4.759. Sumando los 151 asambleístas el gasto mensual únicamente en el sueldo asciende a $718.609. Eso representa un gasto anual de $8’623.308 exclusivamente en remuneraciones de los parlamentarios (sin tomar en cuenta los sueldos de sus asesores).
Ron anota un tercer factor: “La calidad de asambleístas que van llegando y que lamentablemente no pueden sostener ni siquiera las ideas más básicas, menos aún un proceso legislativo y un proceso de fiscalización. Además, el planteamiento del propio Presidente (Noboa) se lo ve como favorable porque él mismo, a pesar de tener una mayoría en la Asamblea, ve la necesidad de reducir”.
La pregunta C resulta para el Gobierno “un proceso de incertidumbre, pero pro Ecuador”, apunta. Sin embargo, evalúa que está calando una diferenciación del tipo de preguntas en ciertos estratos de discusión social.
Ron tiene la hipótesis de que el Gobierno busca cierto objetivo: “Tener una favorabilidad y que las preguntas del referéndum arrastren a la de la Asamblea Constituyente. Por eso inclusive la colocación del cómo están en la papeleta”. La pregunta D (la última) es sobre la Constituyente.
Pero considera que habrá una “mayor diferenciación” y “posiblemente no se genere ese arrastre”. Ejemplifica que habrá quienes separen su voto entre las tres preguntas del referéndum y la de consulta popular, por lo que si la Constituyente se aprueba, obtendría menor porcentaje de votaciones que el referéndum.
¿Un cambio incompleto?
Para Romero, reducir la cantidad de legisladores no será un gran cambio. Yépez opina en la misma línea: “Esta reforma en sí, solita, no es toda la solución. Se necesita una solución más integral y por eso, al final del día, se necesita repensar el modelo político en la Constitución”.
Adicional a la reducción de asambleístas, se deben evaluar otros cambios, dice. Plantea que se elijan a los asambleístas en segunda vuelta y que se escoja solo a un asambleísta por distrito para que así la ciudadanía sepa quién es y a quién exigirle.
“Eso sube de nivel al Parlamento y, además, ayuda a que haya menos dispersión porque así los que quedan son los candidatos finalistas en la segunda vuelta, que arrastran a sus listas. Esas cosas hay que debatir más a fondo y para eso una Asamblea Constituyente es importante”, puntualiza.
Fuente: https://www.lahora.com.ec/
