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Erosión del río Coca avanza sin freno y pone en jaque la economía del Ecuador

La erosión regresiva del río Coca avanza y ya se encuentra a 4,7 km Coca Codo Sinclair, amenazando infraestructura vital para Ecuador.
La erosión regresiva del río Coca y sus afluentes, en Napo, continúa su avance devastador. En cinco años, ha arrasado con vías, puentes, oleoductos, viviendas, cultivos y más infraestructura estatal y privada. Las pérdidas son millonarias e incalculables. Las obras de tres gobiernos han sido insuficientes para hacer frente al fenómeno natural.
La erosión amenaza Coca Codo, ya está a 4 km de la captación
Actualmente, el frente de erosión se ubica a solo 4,7 kilómetros de las obras de captación de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, la más grande del país, con 1 500 megavatios (MW) de potencia.

Según el último reporte técnico de la Comisión Ejecutora del Río Coca (CERC) de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), del 6 de julio de 2025, la erosión lateral en la margen izquierda del río Coca avanza. Pero, por ahora, la captación de Coca Codo Sinclair no corre riesgo inmediato.

El proceso erosivo comenzó en febrero de 2020, con el colapso de la cascada San Rafael, ubicada 19 kilómetros río abajo de las obras de captación de Coca Codo. Desde entonces, la erosión ha recorrido 14,3 kilómetros río arriba.
Cambio climático acelera el fenómeno
Carolina Bernal, miembro del Colegio de Ingenieros Geólogos, Minas, Petróleos y Ambiental, explicó que la erosión regresiva se intensifica por las lluvias extremas y el incremento del caudal. En junio de 2025 se registraron crecidas de hasta 3 094 metros cúbicos por segundo, caudales que antes eran excepcionales.

Bernal indicó que, desde 2020, el avance erosivo era lento debido a la pérdida de pendiente. Sin embargo, el cambio climático genera crecidas más frecuentes, acelerando el proceso y aumentando el riesgo.

Además, señaló que habrá que esperar que bajen los caudales para comprobar si efectivamente el frente de la erosión se ubica a 4,7 km. de la captación, ya que puede estar más cerca de esta infraestructura, que es clave para la generación eléctrica de Coca Codo.

Importancia de las obras de captación de Coca Codo Sinclair
Las obras de captación de la central permiten tomar el agua del río Coca y conducirla a través de 24 kilómetros de túneles hasta el embalse compensador ubicado en la montaña. Desde allí, el agua desciende con gran fuerza hacia las turbinas, donde se transforma en energía eléctrica para abastecer al país.

La CERC tiene previsto evaluar los efectos de estas crecidas mediante levantamientos LiDAR (Light Detection and Ranging o Detección y medición de distancias por luz). Sin embargo, las condiciones meteorológicas necesarias para obtener mediciones precisas, como la presencia de caudales mínimos de 20 m³/s para el monitoreo, no se han registrado en las últimas semanas. Esto impide confirmar los cambios morfológicos a simple vista.

Obras de protección avanzan, pero no son suficientes
Con el objetivo de proteger las obras de captación durante los gobiernos de Lenín Moreno, Guillermo Lasso y Daniel Noboa realizaron varias obras de mitigación, pero ninguna ha sido suficiente para detener el avance del fenómeno natural.

Por ejemplo, las fuertes lluvias de las últimas semanas destruyeron las obras temporales para proteger las obras de captación, como rellenos y espigones, y necesitan reconstrucción urgente.

Mientras que el dique permeable, componente principal del Sistema de Control de Gradiente del río Coca, presenta un avance del 48,09 %, pero tampoco garantiza que el fenómeno se detenga.

¿Por qué es importante hacer frente al fenómeno natural?
Además de la hidroeléctrica, la erosión amenaza los oleoductos, el puente sobre el río Salado y la estación de bombeo de crudo del Salado. Bernal advirtió que es urgente reubicar los ductos al margen derecho para evitar rupturas y pérdidas millonarias.

Durante el gobierno de Guillermo Lasso (2021-2023) ya se habló de reubicar todos los ductos petroleros y la vía E45, que conecta Pichincha con las provincias amazónicas, en la margen derecho del río. Sin embargo, se quedó solo en ofrecimientos.

Infraestructura petrolera en peligro
En las últimas semanas, varios deslizamientos de tierra dejaron expuestas las tuberías del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) y del poliducto. Esto obligó a suspender el transporte, la producción y la exportación de petróleo, para evitar daños mayores y desastres ambientales.

De acuerdo con el reporte de la Agencia de Regulación y Control de Hidrocarburos (ARCH), la producción petrolera del 7 de julio se redujo a 134 153 barriles. Esto representa una caída cercana al 70 % en comparación con el promedio diario de 2024, que fue de 473 190 barriles.

Vía E45, una víctima más
La vía E45, que conecta Pichincha con las provincias amazónicas, perdió varios kilómetros de su mesa asfáltica, lo que complica la movilidad de la zona y deja incomunicados a varias comunidades. Los agricultores y ganaderos de la zona no pueden trasladar sus productos para comercializarlos, causando graves pérdidas en la economía local.

Coordinación urgente entre instituciones
Bernal insistió en la necesidad de coordinación inmediata entre el Gobierno, Petroecuador, la Prefectura y los municipios amazónicos. La experta subrayó que se requiere un plan integral que contemple no solo obras de protección, sino también estrategias de adaptación frente al cambio climático.

Tras la temporada de lluvias, que podría extenderse hasta finales de julio, según el Inamhi, se deberá realizar un informe técnico detallado para evaluar daños. Y así planificar nuevas y definitivas intervenciones en la zona, agregó Bernal.

Fuente: https://www.elcomercio.com/

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