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Dormir menos de nueve horas trae problemas en el desarrollo cerebral infantil

Es conocido que dormir bien trae beneficios para la salud en general y para la mental en particular. Sin embargo, los estudios se han centrado hasta ahora en los adultos. Una nueva investigación ha puesto énfasis en los niños y ha encontrado la posibilidad de trastornos importantes cuando las horas de sueño no son suficientes.

No dormir bien se correlaciona con mayores problemas de salud mental, como depresión, ansiedad y comportamientos impulsivos. Lo publica la revista Lancet Child & Adolescent Health. El sueño inadecuado también se relacionó con dificultades cognitivas para la memoria, resolución de problemas y toma de decisiones.

La Academia Americana de Medicina del Sueño recomienda que los niños de entre seis doce años duerman entre nueve y 12 horas por noche de forma regular para promover una salud óptima.

Para llevar a cabo el estudio, conocido el 30 de julio de 2022, los investigadores examinaron datos recogidos de más de 8 300 niños de entre nueve y 10 años inscritos en el estudio Adolescent Brain Cognitive Development (ABCD).

Examinaron imágenes de resonancia magnética, historiales médicos y encuestas a los participantes y sus padres. Se hizo un seguimiento de dos años hasta los 11 o 12 años de edad. El estudio ABCD, financiado por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), es el mayor estudio a largo plazo sobre el desarrollo del cerebro y la salud infantil en Estados Unidos.

Menor tamaño cerebral

“Descubrimos que los niños que no dormían lo suficiente, menos de nueve horas por noche, al principio del estudio tenían menos materia gris o un menor volumen en ciertas áreas del cerebro responsables de la atención, la memoria y el control de la inhibición en comparación con los que tenían hábitos de sueño saludables”, explica el autor del estudio, Ze Wang, profesor de Radiología Diagnóstica y Medicina Nuclear.

“Estas diferencias persistieron después de dos años, un hallazgo preocupante que sugiere un daño a largo plazo para aquellos que no duermen lo suficiente”, añade.

Este es uno de los primeros hallazgos que demuestran el potencial impacto futuro de la falta de sueño en el desarrollo neurocognitivo de los niños. También proporciona apoyo sustancial a las actuales recomendaciones sobre el sueño en los niños, según Wang.

En las evaluaciones de seguimiento se descubrió que los participantes del grupo de sueño suficiente tendían a dormir gradualmente menos a lo largo de dos años. Esto es normal a medida que los niños entran en la adolescencia, mientras que los patrones de sueño de los participantes del grupo de sueño insuficiente no cambiaron mucho en ese lapso.

Los investigadores controlaron la situación socioeconómica, el sexo, el estado de pubertad y otros factores que podrían influir en la cantidad de sueño de un niño y afectar al cerebro y la cognición.

“Intentamos equiparar los dos grupos lo más posible para comprender mejor el impacto a largo plazo de la falta de sueño en el cerebro de los preadolescentes”, explica Wang.

El sueño también es un hábito

Se necesitan estudios adicionales para confirmar el hallazgo y para ver si alguna intervención puede mejorar el sueño y revertir los déficits neurológicos. La Academia Americana de Pediatría anima a los padres a promover buenos hábitos de sueño en sus hijos.

Sus consejos incluyen hacer del sueño suficiente una prioridad familiar. Se debe mantener una rutina de sueño regular, fomentar la actividad física durante el día, limitar el tiempo de pantalla y eliminarlas por completo una hora antes de acostarse.

“Es un hallazgo crucial del estudio que señala la importancia de realizar análisis a largo plazo sobre el cerebro del niño en desarrollo”, destaca Albert Reece, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland, EE.UU. “A menudo se pasa por alto el sueño en los ajetreados días de la infancia, llenos de deberes y actividades extraescolares. Ahora vemos lo perjudicial que puede ser eso para el desarrollo de un niño”, concluye.

Alimentación

Las suficientes horas de sueño deben ir acompañadas en los niños de una nutrición adecuada y de ejercicio.

Los niños deben tener una alimentación balanceada. La nutrición vegana vegetariana se pueden seguir siempre que se realicen con la ayuda y supervisión de un pediatra.

Un infante requiere, sobre todo, asegurar los aportes de hierro vitamina B12, entre otros nutrientes que son mayoritariamente de origen animal, pudiendo ser necesario en ocasiones añadir suplementos.

Los especialistas recomiendan otros tipos de dietas para los infantes, como la ovo-vegetariana, lacto-vegetariana, pesce-vegetariana, donde añaden diferentes alimentos de origen animal que permiten enriquecer la dieta.

Fuente:http://www.elcomercio.com