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La inestabilidad normativa pone cuesta arriba la cancha para el emprendimiento

Cada año, el Servicio de Rentas Internas (SRI) emite alrededor de 80 resoluciones que, a pesar de ser normativas secundarias, en muchos casos cambian drásticamente las reglas del juego, sobre todo para las microempresas.

En otras palabras, cada mes, en promedio, los negocios y los emprendimientos, que enfrentan muchas barreras para sostenerse y crecer, también deben sumar seis nuevas disposiciones que les obligan a cambiar su planificación, sistema contable, entre otros.

Juan Francisco Jaramillo, director de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), comentó que el SRI se creó, a finales de la década del noventa, como una entidad para generar políticas públicas tributarias a largo plazo; pero lamentablemente, aunque en menor medida en los últimos tres años, se ha convertido en un factor que “entorpece, a través de una cantidad de normativas secundarias, el flujo normal de las transacciones, lo que contribuye a que el país siga siendo poco atractivo para las inversiones”.

Entre 2015 y 2017, la producción de resoluciones era mucho mayor, y llegaba a promediar las 170 anuales. Esto significa que hay un avance, pero, según Juan Gabriel Reyes, experto tributario, todavía continúa siendo difícil hacer empresa en el país, por lo que hay mucho que mejorar para que la normativa facilite y no complique el desarrollo.

 

Incertidumbre y errores

Un ejemplo de la inestabilidad normativa es la resolución Nro. NAC-DNCRASC20-00000001, mediante la cual la administración tributaria, con fecha 14 de septiembre 2020, resolvió calificar a 81.940 negocios y personas naturales como agentes de retención del Impuesto a la Renta y el Impuesto al Valor Agregado (IVA).

Un gran porcentaje de los involucrados son microempresas que, al estar catastradas por el SRI, eran parte del llamado régimen simplificado y, hasta hace poco, estaban beneficiadas con el hecho de no ser agentes de retención.

María Gabriela Campoverde, emprendedora y abogada en temas de propiedad intelectual, comentó que, en febrero, su empresa estaba catalogada como microempresa y exenta de ser agente de retención; pero en septiembre cambió todo y se suman obligaciones que ya no tenía.

Napoleón Santamaría, experto tributario, lamentó que la inestabilidad normativa del SRI provoque desconcierto sobre cómo deben actuar las microempresas, que son una de las principales agentes generadoras de empleo del país.

“Se supone que el régimen simplificado tenía como objetivo aliviar costos y cargas administrativas; pero el cambio de reglas del juego es constante. Solo este año, se ha sacado entre 7 y 8 catastros de microempresas, en muchos casos, se han cometido errores terribles como incluir en esos catastros a fideicomisos y holdings”, acotó.

Solución

Sin embargo, Santamaría consideró que los pasos en falso de la administración tributaria se pueden comenzar a enmendar mediante la emisión de una resolución en donde, estableciendo 2020 como año de transición, se deje sin efecto recargos, moras y multas hasta que se racionalice la normativa y se mejore la inteligencia financiera del SRI.

Desde el inicio, cuando se presentó el proyecto de ley, que incluía el régimen simplificado, las microempresas han tenido que navegar en la incertidumbre. Así, por ejemplo, primero se dijo que no estaban obligadas a llevar contabilidad, pero cuando se aprobó esa Ley se incluyó dicha obligación.

Además, Santamaría recalcó que el impuesto mínimo de 2% sobre los ingresos brutos es mayor que el promedio de 1,7%, que se cobra a las empresas que tributan en el régimen normal. (JS)

Los empresarios y emprendedores micro y pequeños tenemos que vivir: inseguridad jurídica, cambio de reglas, asalto a la liquidez”. María Gabriela Campoverde, emprendedora y abogada en temas de propiedad intelectual.

Fuente:http://www.lahora.com.ec