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12 horas de ultimátum por nuevas pruebas de vida de periodistas secuestrados

Al borde de las lágrimas, pero también con instantes para la entereza y la determinación, el presidente, Lenín Moreno, dio 12 horas de plazo a los narcoterroristas para que entregaran nuevas pruebas de vida del fotógrafo Paúl Rivas, el periodista Javier Ortega y el conductor Efraín Segarra, integrantes del equipo de diario El Comercio, secuestrados en Mataje, Esmeraldas, el 26 de marzo, cuando cumplían con su trabajo de informar al país sobre la situación en la frontera norte.

Esta fue la primera reacción del Ejecutivo una vez que toda la tarde del jueves estuvo marcada por la angustia, pues medios colombianos, como el canal RCN, entregaron a la organización ecuatoriana Fundamedios imágenes que supuestamente corresponderían a los cuerpos de los colaboradores del diario quiteño.

El primer mandatario dio estas declaraciones apenas arribó a Ecuador tras suspender su participación en la Cumbre de las Américas en Lima, Perú, y retornar en compañía de familiares de los secuestrados: entre ellos Ricardo Rivas, hermano del fotógrafo Paúl, y Galo Ortega, el padre del reportero Javier.

Los familiares de los secuestrados buscaban reunirse con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, al margen de la Cumbre para solicitar un mayor involucramiento de las autoridades colombianas de cara a la crisis que se vive en la frontera.

En el aeropuerto de Tababela, pasadas las 22:00, los rostros entumecidos por el frío y la incertidumbre de un centenar de reporteros que anoche aguardaban la llegada del presidente, Lenín Moreno, se cubrieron de dolor, cuando lo escucharon, en forma iracunda, decir que «esto no va más» y que los captores de los tres periodistas tendrán 12 horas para que entreguen las respectiva pruebas de vida.

En caso de no hacerlo, dijo, el Gobierno actuará con toda la firmeza del caso «en contra de estos grupos delictivos». Explicó que por precautelar la vida del equipo periodístico, el Estado ecuatoriano solo ha efectuado operaciones de control y no acciones de carácter ofensivo. En el mismo sentido se pronunció el miércoles Luis Carlos Villegas, ministro colombiano de Defensa.

Lenín Moreno aseveró que ha acordado con su similar de Colombia, Juan Manuel Santos, “operaciones combinadas” y que los familiares están de acuerdo con esta decisión. Asimismo y con cierta vehemencia demandó de su par colombiano acciones más contundentes y menos contemplativas con respecto al caso.

Un conmovido reportero preguntó al primer mandatario sobre las fotografías de los tres supuestos victimados y Moreno comentó que no existe un ciento por ciento de certeza, según las pericias realizadas tanto en Ecuador como en Colombia.

El gobernante ecuatoriano indicó a la par que una vez concluido el plazo que dio, las Fuerzas Armadas actuarán con contundencia y sin contemplaciones de ninguna naturaleza.

«Ecuador es un país de paz, pero no toleraremos más estas cosas, cuando incluso hemos suspendido las operaciones en la frontera», expresó.

Tras el pronunciamiento del presidente Moreno, el general Paco Moncayo, miembro de su consejo externo de asesoría en defensa, aseguró que, para poner un plazo de 12 horas, el Gobierno debe tener algún indicio de que los periodistas pueden seguir con vida. “Si no, ¿qué sentido tiene poner un plazo?”, se preguntó. Pero aseguró que no podía “pronosticar” los efectos de ese lapso.

“Seguramente al Presidente los asesores le hicieron notar que no fueron suficientemente evaluadas las fotografías y que, posiblemente, por ejemplo, podrían ser trucadas”.

Y Moncayo, quien comandó a las Fuerzas Armadas en la victoria del Cenepa, agregó: “Esperemos que haya una respuesta”. Y que, aunque “no podemos ser muy optimistas en esta situación, aún no hay que perder la esperanza”.

Para el general, es imperante para el Gobierno trazar una estrategia adecuada para la situación actual de la frontera norte. “Esta es una nueva forma de guerra, hay otras amenazas”, explica. Y sigue con esta frase: “Quien no conoce al enemigo y a sí mismo perderá 100 de 100 batallas”.

Además, insiste en que este no es un problema interno, sino trasnacional y que se debería incluso recurrir a los protocolos de Naciones Unidas para combatir el crimen organizado.

Un punto adicional que analiza Moncayo es el hecho de que Colombia está en elecciones. “Hay en ese país dos formas cerradas de ver la política de seguridad. Una que quiere acabar con la guerra y otra que quiere continuarla”.

En su cuenta de Twitter, el asambleísta Fabricio Villamar publicó también un pronunciamiento: “El riesgo inminente en que se encuentran todos los ecuatorianos exige sensatez. No podemos establecer como curso político el establecimiento de culpas, pero sí debemos determinar los responsables de la seguridad de los ecuatorianos para el futuro… Exigimos un plan como Estado para evitar, en lo posible, que estos lamentables hechos vuelvan a ocurrir”.

Y en la misma red social, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, escribió: “En 12 horas sabremos la verdad. Sabemos si nuestros inocentes compatriotas están vivos o han sido vilmente ejecutados. Y sabremos también qué acciones concretas tomará el Gobierno Nacional. En estos momentos y después, los ecuatorianos vamos a requerir de firmeza, serenidad y unidad”.

Las reacciones siguieron. La directora de la Unidad de Análisis Financiero y Económico (UAFE), Diana Salazar, agregó: “Sin odio, pero sin tibieza y con contundencia debe responder Ecuador. Fundamentalmente unidos, (así como ellos lo están) organizados, para derrotarlos y no permitir que ninguna vida se vuelva apagar en aquellas manos perversas. Por ellos”. (DLH)

Fuente:http://www.lahora.com.ec