NOTICIA
Unión Europea estudia un nuevo plan para aliviar las disputas sobre inmigración
Estonia, que ocupa la presidencia rotatoria de la Unión Europea, presentó un plan de acuerdo para una reunión con enviados de cada país, con la esperanza de reconciliar a naciones como Italia, que afrontan la peor parte de las llegadas a través del Mediterráneo, y los estados del este que se oponen firmemente a ser obligados a recibir inmigrantes.
Las propuestas anteriores no han logrado avances. Los gobiernos de los países que acogen primero a los solicitantes de asilo, que están obligados bajo la ley europea a gestionar la solicitud de asilo, se quejan de unas cargas injustas y quieren que otros países asuman una parte.
Los países excomunistas del este, con poca historia reciente de inmigración, especialmente de África, Asia y Oriente Medio, se han resistido a los intentos del Ejecutivo de la UE de obligarlos a aceptar cuotas, lo que lleva a un estancamiento y división que, en el punto álgido de la crisis, amenazó la cohesión de la Unión Europea.
Alemania, donde la canciller Angela Merkel sufrió en las elecciones de septiembre por su decisión de permitir el ingreso de más de un millón de personas durante la crisis, ha estado presionando a otros países para que muestren «solidaridad» en la cuestión de los inmigrantes.
Según el plan de Estonia, la Comisión Ejecutiva Europea determinaría «cuotas justas» de solicitantes de asilo que se esperaría que los acogieran en sus propias fronteras, en gran parte en función de su población y riqueza. Pero provocaría una «alerta temprana» si las llegadas fueran a superar estos niveles.
En tales circunstancias, se les pediría a otros Estados miembros que ofrezcan asistencia en varias formas, no simplemente aceptando personas, sino también ofreciendo ayuda material, personal y financiación, entre otras, algo que países como Polonia y Hungría sugirieron que podrían ofrecer como un alternativa a alojar migrantes.
Políticos estonios dijeron que creían que la propuesta ofrecía un buen equilibrio entre presionar a los estados para mostrar solidaridad y aquellos que argumentan que sus sociedades no pueden aceptar la inmigración, especialmente de los países musulmanes.
Al ofrecer una amplia gama de formas de mostrar solidaridad, la propuesta se aleja de las sugerencias anteriores de que los estados podrían simplemente pagar dinero para mantener a los inmigrantes fuera. (I)
Fuente:http://www.eluniverso.com