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Aumenta el flujo de viajeros venezolanos en Rumichaca

Ayer eran esperados 10 buses en Rumichaca, que viajaban desde Cali con migrantes venezolanos. Andrés Villamizar, secretario de Seguridad y Justicia del Municipio de Cali, explicó que fueron movilizados 400 ciudadanos que estaban en precaria situación. Para ello la Alcaldía de Cali dispuso de manera gratuita los autobuses. 

Estas personas se habían tomado un solar adjunto a la Terminal Terrestre de esa ciudad colombiana, donde pernoctaban y esperaban reunir unos centavos para continuar hacia el sur del continente. El funcionario explicó que con algunos de estos extranjeros se fijó un plazo de unos 15 días para dejar esta zona aledaña a la Terminal, en el norte de Cali.

Las unidades de transporte tenían que dejar a los extranjeros en el viaducto binacional de Rumichaca para que continúen hacia el sur del continente.
Situación en la frontera
El Puente Internacional de Rumichaca, en Tulcán, en la frontera colombo –ecuatoriana, es el sitio de reencuentro de centenares de venezolanos, que deben hacer una parada obligada de más de 15 horas para regularizar su salida de Colombia e ingreso al Ecuador.

Entre 10 y 15 horas permanecen a la intemperie enlistados en largas filas, frente a las oficinas de Migración, en los dos lados de la frontera, donde realizan los trámites para continuar el forzado viaje por territorio nacional.

Auxiliados de mantas y recostados en los equipajes se toman las calzadas y amplios andenes de los exteriores de los Centros Binacionales de Frontera (Cebaf), donde funcionan las oficinas migratorias, para descansar, hasta lograr la documentación correspondiente.

En estas áreas, que parecen dormitorios a cielo abierto, se escuchan diversas historias sobre los problemas y dificultades que han debido sortear durante esta extensa y obligada travesía.
Testimonios 
“Había que huir, así fuera caminando, porque ya no resistíamos la escasez de alimentos y medicinas y los ataques de la guardia venezolana, que nos tiene en la mira a quienes estamos en contra del régimen”, dice Wilber González, quien llegó de Maracaibo.

Desde hace dos meses, un 75% de estos extranjeros llegan caminando desde sus ciudades de origen, recorriendo entre 1.200 y 1.500 kilómetros, debido a que no cuentan con los recursos para costear el transporte.

Carlos Ventura cuenta que le ha tomado tres semanas arribar a territorio ecuatoriano desde su natal Puerto Cabello, en el estado de Carabobo. En su mochila lleva dos mudadas, un par de zapatos deportivos y la esperanza de que su vida cambiará en Lima (Perú).

Transitan por las carreteras durante el día, efectuando pausas cortas de entre 15 y 30 minutos para tomar un respiro. En ese lapso de tiempo toman una foto con el celular para reportarse desde las zonas gratuitas de WiFi con sus familiares, un trago de agua y siguen las extenuantes caminatas.


Sin perder la fe

Harold Villanueva cuenta que en las carreteras, algunos camioneros se apiadaron de ellos y los transportan en medio de la carga. Está preocupado porque se enteró al llegar a Tulcán que es prohibido transportar personas en los baldes de camionetas o en cajones de camiones.

No obstante, no pierde la fe, porque sabe que muy pronto se reencontrará con su hermana en Chile, donde espera trabajar en cualquier oficio. Es administrador de empresas y también tiene otro título afín.

De frontera a frontera
° Un parterre de 100 metros cuadrados frente a la terminal de autobuses de Carcelén, en el norte de Quito, es el refugio temporal de cientos de venezolanos que llegan cada día desde Rumichaca con lo puesto y la esperanza de poder viajar a Perú. Cruzaron Colombia “halando dedo”. Los ciudadanos llegan a este punto desde el que la mayoría busca a través de la caridad o de trabajos temporales reunir los 15 dólares que cuesta el boleto hasta Huaquillas

Fuente:http://www.lahora.com.ec