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Tratamientos contra el cáncer son más efectivos en horas de la mañana

La lucha contra los tumores cancerígenos, tanto mediante terapias como con el sistema inmunológico del cuerpo humano, es más eficaz al amanecer, es decir, en la fase final de descanso del paciente. Así lo indica un estudio científico presentado por la Universidad de Ginebra y publicado en la revista Nature.

La investigación, en colaboración con la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich (Alemania), subraya que la eficacia de los tratamientos contra el cáncer puede variar de acuerdo con la hora del día a la que se administran. Esto “abre sorprendentes posibilidades”, destacó la universidad ginebrina en un comunicado.

La clave del descubrimiento está en las células dendríticas, que actúan como primeras ‘centinelas’ en el sistema inmunológico. Como muchos otros procesos fisiológicos en el cuerpo humano, siguen un ritmo circadiano (de unas 24 horas) que las hace especialmente activas en las primeras horas de la mañana.

“Al estudiar la migración de estas células dendríticas en el sistema linfático, descubrimos que la activación inmune oscila a lo largo del día, con su pico en el final del período de descanso”, destacó el profesor de Patología e Inmunología de la Universidad de Ginebra Christoph Scheiermann, coordinador del estudio.

Al comienzo de la investigación, los científicos inyectaron células cancerosas con melanoma ratones en seis momentos diferentes del día. Luego analizaron sus efectos tras dos semanas, descubriendo que los tumores implantados por la tarde habían crecido menos.

Los ratones tienen un reloj biológico inverso al humano, por lo que la tarde es la hora en la que suelen comenzar su “jornada”, el equivalente a las primeras horas de la mañana para los seres humanos.

Tratamientos

Similares resultados se obtuvieron al administrar a los roedores tratamientos de inmunoterapia en diferentes horas del día, lográndose otra vez mejor respuesta a los tumores si los ratones habían sido sometidos a terapia después de su descanso.

Tras estos experimentos, los científicos examinaron datos de pacientes humanos tratados por melanomas. Observaron mejores respuestas de las células del sistema inmunológico cuando las terapias habían sido administradas temprano en la mañana.

“Los resultados son muy alentadores, aunque se trata solo de estudios retrospectivos con un pequeño grupo de 10 personas”, afirmó Scheiermann.

Por otra parte, investigadores describieron el mecanismo por el que los pacientes con anemia de Fanconi (una enfermedad minoritaria) desarrollan tumores de cabeza y cuello. Comprobaron que es el mismo que explica por qué fumar y beber aumenta el riesgo de padecer estos cánceres en la población general.

Son los resultados de un estudio internacional en el que participaron científicos del Instituto español de Investigación del Hospital de Sant Pau (IIB Sant Pau) y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Es publicado por la revista Nature.

Las células humanas están expuestas a diferentes agresiones del entorno que pueden causar daños en el ADN y necesitan una reparación constante.

Factores ambientales

La investigación comprobó que la deficiencia en el proceso natural de las células para reparar el daño que producen unas sustancias químicas que dañan el ADN, llamadas aldehídos, es la responsable del riesgo de presentar carcinoma de células escamosas de cabeza y cuello.

Es un cáncer que sufren de forma más frecuente y prematura las personas que nacen con anemia de Fanconi. Esta enfermedad rara que se caracteriza por presentar inestabilidad genómica y una deficiencia en la reparación del ADN.

Esto hace que sus células sean incapaces de eliminar las lesiones creadas por distintos factores ambientales.

Las personas pueden sufrir problemas médicos toda su vida, como insuficiencia de la médula ósea, malformaciones congénitas y también un riesgo muy elevado de desarrollar tumores de cabeza y cuello.

“Se trata de un tipo de cáncer que normalmente se diagnostica a los 60-70 años de vida. En personas con anemia de Fanconi puede aparecer alrededor de los 20-30 años y con una incidencia que puede ser 700 veces mayor que en la población general”. Así lo destacó el director del IIB San Pau, Jordi Surrallés, único autor español de la investigación.

En este estudio, los investigadores analizaron las firmas genéticas de tumores de medio centenar de pacientes con anemia de Fanconi. Las compararon con datos de cientos de tumores esporádicos de la población general.

Los resultados apuntan que, en ambos casos, las células no pueden reparar el daño causado por los aldehídos en el ADN, haciendo que se acumulen las mutaciones que causan el cáncer.

Fuente:http://www.elcomercio.com