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Gobierno quiere el control bancario y financiero

La superintendenta de Bancos, Ruth Arregui, afirmó que las reformas al Código Orgánico Monetario y Financiero, incluidas en el paquete enviado por el Gobierno a la Asamblea, tienen avances puntuales en ciertos aspectos, pero merman las funciones de la entidad a su cargo, y dan poder, sin contrapesos, a la Junta de Política, Regulación y Estabilidad Financiera, que depende directamente del Gobierno Central.

Estas declaraciones fueron vertidas durante la comparecencia de la funcionaria ante la Comisión de Régimen Económico de la Asamblea. Presentamos los 10 puntos neurálgicos de esta propuesta. (JS) 

1. La Junta es, según las reformas, una entidad encargada del establecimiento de políticas. Sin embargo, también se le asignan funciones de control y supervisión, sin que se elimine su dependencia del Ejecutivo. Los cinco miembros serán designados por el Presidente. Arregui propone que, como contrapeso, las nominaciones sean ratificadas en la Asamblea.
2. La propuesta de ley crea, para la Junta, una secretaría técnica que tendría 2 coordinaciones: una técnica y otra jurídica. Los organismos de control, como las superintendencias, ya no participarían.
3. Se incluye, dentro de las funciones de la Junta, velar por la estabilidad y solidez de la Seguridad Social. Sin embargo, en el marco legal vigente, ya se otorga esa función a la Superintendencia de Bancos. “Habría una arrogación de funciones”, dijo Arregui.
4. Las reformas no corrigen el problema de que la Superintendencia ha sufrido, en los últimos años, la limitación de su capacidad sancionadora. Esta capacidad es importante porque da seguridad jurídica. “En la propuesta, las funciones no quedan explícitas. Esto puede provocar que los entes controlados, bancos, seguros o Seguridad Social, objeten las sanciones”, comenta Alberto Méndez, experto en auditoría financiera.
5. Tampoco se solucionan las limitaciones a autonomía presupuestaria, administrativa y organizacional. Además, se eliminan de la Ley los principios de independencia, universalidad, continuidad, integralidad, revisión y suficiencia. “Al eliminar esos principios se le quitan capacidades a la Superintendencia. Las instituciones controladas pueden decir perfectamente: ‘entonces usted. con base en qué me supervisa y regula”, acotó Arregui.
6. Poca capacidad para el control de grupos financieros. La Superintendencia no puede verificar los riesgos agregados, punto por punto, por cada grupo financiero. Se establecen dos modelos de ese tipo de grupos, pero se limita la revisión si no están encabezados por bancos. “Es un error porque, por más que un grupo esté encabezado por una aseguradora, u otro tipo de institución, el riesgo sigue siendo la exposición de los recursos de ahorristas y clientes”, aseguró Arregui.
7. Las reformas no incluyen mayores estándares, dentro de las normas de Basilea III, para mejorar los requerimientos de patrimonio, y de esa manera, fortalecer aún más la solvencia del sistema financiero.
8. Se elimina la figura de la reserva y sigilo de la información, que actualmente es administrada por la Superintendencia de Bancos. Esto afecta el manejo de la información proveniente de la banca, y que debe ser compartida con la Corporación del Seguro de Depósitos.
9. Se elimina el directorio de esa Corporación, por lo que todo será manejado por un gerente general, nominado por la Junta. Las superintendencias y organismo de control no tendrán participación. Este ente administra tres fondos privados: liquidez sistema financiero, seguro de depósitos y seguros privados.
10. La inclusión financiera, dentro de las reformas, solo está en concepto, pero no se establecen incentivos, tanto tributarios como ejemplificadores, para mejorar el acceso a productos y servicios financieros.

Mi opinión en 20 segundos
Ruth Arregui, superintendenta de Bancos

‘Se necesita que no haya influencia’
°  “No es lo mismo hablar de independencia que de autonomía. Esto es bien importante. La autonomía en si misma no es un fin, sino un medio. En el caso del diseño que se ha hecho, el fin último de las superintendencias debe ser vigilar el sistema financiero, sobre todo la estabilidad y protección de los ahorros.

Se necesita que no exista influencia de ninguna naturaleza, condicionamiento de ninguna naturaleza para que se pueda asegurar la supervisión y control”.

Fuente:http://www.lahora.com.ec