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El estruendo terrorista remueve la rutina de San Lorenzo

«Aún me zumban los oídos. Nunca he escuchado algo parecido”. “Creímos que se acababa el mundo. Ni el temblor nos asustó tanto». Son los testimonios de Jenny Nazareno y Carmen Carabalí, dos mujeres que desde hace más de medio siglo viven en el centro de San Lorenzo, en Esmeraldas, muy cerca del lugar donde a la madrugada del sábado explotó un coche bomba.Ayer intentaron acercarse al escenario del atentado terrorista, en el destacamento de Policía, pero un grupo de uniformados parados junto a una cinta amarilla impidió que avanzaran.

En el lugar permanecen los hierros retorcidos de varios carros, uno de ellos está encaramado en una de las ventanas de la planta baja del edificio de tres pisos donde los policías del cantón tenían su comedor y los dormitorios.

La escena es completa: paredes cuarteadas, mesas, sillas y otros objetos regados por el piso. Cada paso es atizado por el crujir de los vidrios que estallaron. La potencia de la detonación fue tal que incluso dejó un ‘cráter’ en el pavimento.

«Fue horrible. Para la dimensión de esto, debíamos estar todos muertos. Sin embargo, es un milagro que solo haya pérdidas materiales y unos cuantos heridos», decía Tatiana Navarro, otra de las vecinas del barrio La Delicia.

Los damnificados

Las cifras sobre los damnificados no terminan de cerrarse, pues mientras el alcalde del cantón, Gustavo Samaniego, dice que 37 viviendas contiguas al destacamento han resultado destruidas, la secretaria de Riesgos, Alexandra Ocles, declaró que fueron 14.

«Esto solo se veía en Colombia, en las telenovelas sobre Pablo Escobar», dijo el alcalde Samaniego, quien hizo un llamado al Gobierno de Juan Manuel Santos a que cuide su frontera.

Por medio de un breve comunicado, la Cancillería del vecino país se solidarizó con los heridos y damnificados y expresó “la disposición del Gobierno colombiano para cooperar con el de Ecuador en la lucha contra el crimen organizado”.

Fuente:http://www.lahora.com.ec