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¿Cuánto pierde el Ecuador en crecimiento económico y prosperidad por tener un deficiente sistema eléctrico con apagones frecuentes?

Los apagones y el mal servicio eléctrico generan una costosa factura a las familias y empresas ecuatorianas. Los cortes de electricidad frecuentes pueden reducir el crecimiento del PIB en un rango del 0,5% al 4% anual. Las actividades más afectadas son la industria, la manufactura y el comercio.

La relación entre un buen sistema y provisión de electricidad y el crecimiento económico de un país es crucial. La electricidad es un insumo fundamental para prácticamente todas las actividades económicas, por lo que su disponibilidad, fiabilidad y costo afectan directamente el desarrollo de varios sectores productivos.

Además, frenan la generación de empleo y riqueza, es decir, dan como resultado una sociedad más pobre y con peores condiciones de vida.

En el caso de Ecuador, desde octubre de 2023, se han registrado tres temporadas de apagones, con pérdidas millonarias en la economía, Desde el pasado 23 de septiembre, el Gobierno de Daniel Noboa ha impuesto un régimen de apagones de hasta 14 horas diarias en ciudades como Quito, en medio de una situación  de bajas ventas y escasa generación de empleo.

Mal servicio eléctrico: Baja productividad, menos crecimiento y menos riqueza

En más de 10 años, como consecuencia de un modelo estatista, en donde la inversión privada es solo una excepción, el sector eléctrico ecuatoriano se ha ido deteriorando, por falta de inversión y mantenimiento.

El resultado son continuas crisis con apagones. Esto golpea aún más a una economía que en 2024 cumplió una década pérdida de crecimiento económico.

Según varios estudios internacionales, un mal servicio eléctrico produce las siguientes consecuencias económicas:

1. En estudio de Banco Mundial concluye que los cortes de electricidad frecuentes pueden reducir el crecimiento del PIB en un rango del 0,5% al 4% anual. Las actividades más afectadas son la industria, la manufactura y el comercio.

El impacto negativo es especialmente fuerte en las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), que a menudo no pueden costear soluciones alternativas, como generadores de energía.

2.  Se estima que los cortes de electricidad frecuentes provocan pérdidas económicas equivalentes a entre el 0,3% y hasta 4% del PIB anual. Todo dependerá de la duración de los cortes.

Además, sobre todo en las Mipymes, el costo de las soluciones alternativas (como el uso de generadores de diésel) puede ser hasta tres veces mayor que el de la electricidad proporcionada por la red, lo que aumenta los costos operativos y disminuye la inversión en expansión y mejoras tecnológicas.

3.  Las empresas en países con baja fiabilidad eléctrica experimentan una caída de hasta un 30% en la productividad en comparación con aquellas en países con sistemas eléctricos estables.

4. De acuerdo con un estudio de Fondo Monetario Internacional (FMI), la escasez de electricidad desalienta la inversión, afecta la confianza empresarial y genera un entorno de incertidumbre.

Las interrupciones eléctricas tienen efectos desproporcionados en las pequeñas empresas, que carecen de los recursos para mitigar los impactos de los cortes mediante el uso de generadores o sistemas de respaldo.

5. Los cortes de electricidad y la provisión inadecuada reducen la participación de la fuerza laboral y la productividad, lo que resulta en una disminución del crecimiento económico.

A continuación, se detallan los principales impactos de los apagones en la economía de un país:

-Productividad y Competitividad: Un suministro eléctrico eficiente y estable permite a las empresas operar de manera continua y productiva. Esto es esencial en sectores como la manufactura, la tecnología, los servicios, y la agricultura, que dependen del uso de maquinaria, tecnología digital, y procesos automatizados. Cuando el suministro es intermitente o de baja calidad, las empresas experimentan pérdidas por paros imprevistos, lo que afecta su competitividad y capacidad para producir a costos competitivos.

-Atracción de Inversión Extranjera Directa (IED): La estabilidad y disponibilidad de electricidad son factores determinantes para atraer inversiones extranjeras. Las empresas multinacionales evalúan la infraestructura energética de un país antes de decidir dónde instalar sus operaciones. Si un país ofrece un suministro eléctrico confiable, se vuelve más atractivo para la inversión en sectores industriales y tecnológicos.

-Desarrollo Industrial: La electricidad es clave para impulsar el desarrollo industrial. Industrias como la manufactura pesada, la minería, el procesamiento de alimentos, y la producción de bienes de consumo requieren grandes cantidades de energía para operar. Un buen sistema eléctrico permite que estas industrias crezcan, generen empleo y aumenten la productividad nacional.

-Crecimiento del sector de servicios: Los servicios, especialmente los sectores financieros, tecnológicos, y de telecomunicaciones, dependen de un suministro eléctrico confiable para mantener sus operaciones 24/7. Esto fomenta el crecimiento del sector de servicios, que cada vez tiene más relevancia en las economías modernas.

-Mejora de la calidad de vida y aumento de la capacidad humana: Un sistema eléctrico robusto no solo beneficia a la economía productiva, sino que también mejora la calidad de vida de las personas.

Esto permite una mayor educación (al poder estudiar en la noche, por ejemplo), acceso a servicios médicos que dependen de equipamiento eléctrico, y acceso a tecnologías de la información. Estas mejoras en el bienestar humano aumentan la productividad laboral, ya que las personas pueden educarse mejor y estar más sanas.

-Innovación y transición hacia nuevas industrias: La disponibilidad de electricidad es crucial para el crecimiento de industrias emergentes, como las tecnologías limpias, la digitalización y la inteligencia artificial. Estas industrias dependen de un suministro energético confiable para el uso de servidores, procesamiento de datos, y otras tecnologías de vanguardia.

-Reducción de costos operativos:  Un buen sistema eléctrico reduce los costos de operación, ya que las empresas no necesitan recurrir a soluciones más costosas, como generadores de emergencia que funcionan con combustibles fósiles. Al disminuir estos costos, las empresas pueden reinvertir en su expansión y mejora, lo que impulsa el crecimiento económico.

-Transición energética y sostenibilidad: Un sistema eléctrico robusto también facilita la integración de energías renovables, que no solo son más sostenibles a largo plazo, sino que reducen la dependencia de importaciones de combustibles fósiles. Esto mejora la balanza comercial y reduce la volatilidad de precios energéticos, lo que proporciona un entorno más estable para el crecimiento económico.

-Impacto en el Comercio: Un buen sistema eléctrico es esencial para mantener una infraestructura logística eficiente (puertos, aeropuertos, transporte ferroviario, etc.). Esto facilita el comercio, tanto interno como internacional, impulsando el crecimiento económico y mejorando la competitividad del país en los mercados globales. (JS)

Fuente:http://www.lahora.com.ec