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4 indicadores muestran una baja en los casos de covid-19 en Quito

El jueves pasado, personal del CAT apilaba los colchones y varias camas en las que se atendía a los pacientes que llegaban contagiados del virus. En esa labor colaboraban funcionarios de la Unidad Metropolitana Sur.

Entre el 23 y el 29 agosto pasados, a ese centro ingresaron tres pacientes. Una semana después, entre el 30 agosto y el 5 septiembre, hubo cinco; mientras que la siguiente semana (6 al 12 septiembre) solo llegó un paciente. La semana pasada no hubo ingresos.

La Secretaría de Salud atribuye el fenómeno a dos factores. Uno es que los hospitales gubernamentales recuperaron su capacidad de atención. El otro tiene que ver con el avance continuo en el proceso de vacunación.

Ambos factores también son signos de mejoría en la situación epidemiológica de Quito. Sin embargo, para determinar que el virus ha cedido, al menos de forma momentánea, la Secretaría toma en cuenta cuatro factores: ocupación de camas en hospitales, la positividad, el exceso de muertes, y el avance en vacunación.

Catalina Yépez, directora Metropolitana de Gestión del Subsistema de Salud, dijo que, con base en los informes de las últimas semanas, se puede evidenciar una reducción en los indicadores con los que se mide el impacto del covid-19.

El informe de la última semana (entre el 13 y 19 de septiembre) muestra que la ocupación de camas de las unidades de cuidados intensivos (UCI) es del 55%. Además, no se registraron personas en lista de espera.

Para Salud del Municipio, esto tiene que ver con la baja severidad de los cuadros que se presentan actualmente. Además, el porcentaje de ocupación de las camas de hospitalización se ubicó en el 40%. Tampoco hay gente en lista de espera.

A finales de julio pasado, por ejemplo, la lista de espera por una cama UCI en Quito tenía 42 personas. Además, el porcentaje de ocupación se ubicaba en el 92%.

Según Yépez, otro indicador alentador es la positividad. Para establecer un descenso sostenido se deben tomar al menos cuatro semanas consecutivas. A la fecha solo se pueden valorar las semanas 34 y 35 (entre el 23 de agosto y 5 de septiembre). El resultado es que ese indicador se ubicó en el 5,7%. Lo recomendable, dijo Yépez, es ubicarse en el 5%.

Una mirada más amplia muestra que la positividad acumulada (durante el tiempo de pandemia) aún es alta ya que se posiciona en el 29,1%. Sin embargo, la disminución en este indicador es tomada con cautela por la Secretaría de Salud ya que depende del número de pruebas que se realiza.

Actualmente, Quito realiza un promedio de 222 test por cada 1 000 habitantes. Yépez explicó que lo ideal es acercarse a países como Colombia, en donde se realizan 400.

Respecto al exceso de mortalidad, durante agosto ese indicador marcó el 17,8%. Es decir, 176 defunciones más respecto al promedio de ese mismo mes entre 2017 y 2019. Este medidor solo se evalúa de forma mensual.

La reducción se ha evidenciado también en la labor de la Empresa de Gestión de Residuos Sólidos (Emgirs) del levantamiento de cadáveres. José Guevara, coordinador de la estrategia covid de esa empresa, indicó que entre el 14 de agosto y 16 de septiembre no hubo levantamientos. El viernes 17 de septiembre se registró uno, después de 33 días.

Otro factor importante es la vacunación. Según los datos del Ministerio de Salud Pública (MSP), hasta el jueves pasado se había vacunado con esquema completo a 1 836 308 personas. En Quito hay 2, 7 millones de habitantes, aproximadamente.

Los epidemiólogos Alberto Narváez y Daniel Simancas acordaron en que la capital experimenta una reducción en los contagios. Identifican a la vacunación y al mantenimiento de las medidas de bioseguridad como los factores determinantes para haber conseguido ese resultado.

Sin embargo, los expertos señalaron que es importante aprovechar el momento para evitar una nueva ola. Narváez sostuvo que hay estudios que muestran que la transmisión aumenta cuando sube la humedad. Por eso, desde octubre se podría evidenciar un nuevo aumento.

Y para Simancas no se puede caer en la trampa de la normalidad. “Estamos recién pasando una ola pero como toda ola, esta puede volver”. Comentó que la reapertura de actividades como las clases presenciales y los bares y discotecas debe llevarse adelante, pero con mucha precaución.

Fuente:https://www.eluniverso.com/