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Sequía pone en evidencia fragilidad del canal de Panamá
Se limitó el número de barcos, de 38 a 24, que pueden pasar por día. Por el canal de Panamá pasa el 6% del comercio marítimo mundialPanamá- 2023 fue un año récord por las altas temperaturas. En Panamá los lagos y ríos llegaron a niveles mínimos históricos. Esos lagos y ríos alimentan una de las fuentes de ingresos más importantes de la economía panameña: el canal interoceánico.
Sin sus aguas no funcionan las esclusas por las que cruzan los barcos que transportan nada menos que el 6 % del comercio mundial. Unas aguas que, al mismo tiempo, escasean para el suministro de millones de panameños.
Solo el canal de Suez, con el 10 % de los cargueros del planeta, supera el tráfico del canal de Panamá. Pero hay una gran diferencia entre los dos. El primero no necesita inyectar agua para funcionar, ya que básicamente es una zanja que conecta los mares Rojo y Mediterráneo. Pero el segundo funciona con un sistema de esclusas (una especie de piscinas) que sirven de escalones para que los barcos alcancen el artificial lago Gatún, en el centro de Panamá y a 26 metros sobre el nivel del mar. Para ello, hay que llenar las esclusas con agua dulce.
Para que cruce un solo barco por el canal de Panamá es necesario inyectar 200 millones de litros de agua que no se recupera: termina en el mar. Además, el proceso genera una salinización del lago Gatún, que también abastece de agua potable a gran parte del país.
Los efectos
Ante la escasez actual de lluvias, la administración de la vía interoceánica redujo la cantidad de barcos que pueden pasar diariamente de 38 a unos 24. Además, restringió el calado de estos buques. Esto dio lugar a un sistema de subastas. En noviembre pasado una naviera japonesa pagó casi 4 millones de dólares para asegurar su tránsito y no hacer fila.
Las navieras ya están pasando los costos a sus clientes. Según Bloomberg, Hapag-Lloyd AG, Maersk y Mediterranean Shipping Co., anunciaron recargos relacionados con Panamá. La economista Inga Fechner explicó que los mayores costes del transporte, por tener que tomar rutas más largas, tendrán un efecto de goteo a largo plazo que terminará afectando a los consumidores del mundo.
¿Qué se puede hacer?
Lo cierto es que, a corto plazo, no mucho, más allá de rezar por las lluvias, mantener y quizá profundizar las restricciones ya impuestas y las soluciones que naturalmente ofrece el mercado: por ejemplo, se ha reactivado de forma importante el uso de la vía férrea que cruza el istmo en paralelo al Canal, lo que no es un método ideal pero sí puede contribuir a mejorar algo la situación.
A largo plazo hay un proyecto para construir un tercer embalse, pero como es obvio eso pasa por un proceso de construcción de años –entre cuatro y seis según los planes previos– y también por un desarrollo legislativo que no es sencillo, pues deberían aprobarse dos leyes: una que incluya al citado río en la cuenca del Canal y otra que revoque la ya existente que impide construir más embalses para dotar de agua a la vía comercial.
Fuente:http://www.lahora.com.ec