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ONG Sea Shepherd renuncia a perseguir a los balleneros japoneses

Sidney -La organización ecologista Sea Shepherd decidió renunciar a su campaña anual de acoso a los balleneros japoneses por su impotencia frente a la Marina, se informó este martes.

Desde hace doce años la oenegé lleva a cabo espectaculares operaciones en alta mar para impedir la caza de ballenas, campañas que dieron a conocer las actividades ilegales de los balleneros en todo el mundo.

Japón asegura que caza ballenas con fines científicos, pero las asociaciones ecologistas afirman que es una excusa y que las autoridades niponas aprovechan de manera deshonesta una excepción a la moratoria de pesca de ballenas decretada en 1986.

El fundador de Sea Shepherd, el canadiense Paul Watson, anunció en un comunicado que los barcos de la organización no zarparán este año y dijo que se necesitan nuevas estrategias de lucha.

«Hemos descubierto que ahora Japón usa vigilancia militar para seguir en directo por satélite los movimientos de los barcos de Sea Shepherd», afirmó en un comunicado publicado el domingo.

«Si saben en todo momento dónde están nuestros barcos nos pueden evitar fácilmente», añade Watson, reconociendo que la campaña 2016-2017 ha tenido menos impacto que las anteriores. «No podemos luchar contra su tecnología militar», asegura.

Watson acusa al Gobierno de Tokio de aprobar leyes específicamente destinadas a luchar contra su organización, y asegura que incluso podría desplegar a su marina para proteger a sus balleneros.

Por eso cada vez es más difícil según él enfrentárseles, incluso a nivel financiero, con un sector ballenero que tiene el apoyo de «una superpotencia económica mundial».

«El dilema que tenemos es: ¿Debemos continuar destinando nuestros recursos limitados a una nueva campaña en el océano austral que tiene pocas probabilidades de éxito? ¿O deberíamos buscar estrategias y tácticas distintas?», se pregunta el fundador de Sea Shepherd.

Este activista de 66 años también acusa a Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda de no apoyar a su organización.

Según él, las autoridades australianas -el país desde donde suelen zarpar los barcos de la oenegé- acosa a sus miembros y dificulta su financiación negándole el estatuto de organización caritativa.

El gobierno japonés intentó poner fin a las campañas de Sea Sheperd en los tribunales, acusando a la asociación de métodos «terroristas» por haber embestido a los balleneros lanzado cuerdas contras las hélices.

Fuente:http://www.eluniverso.com